Este es el motivo por el que se dejan de fabricar carretes pese a que la demanda es más alta que nunca

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Después de más de una década en la que las ventas de película analógica no hacían más que caer y despues de que contra todo pronóstico las cifras pasaran a una fase de estabilización que más tarde fueron 'in crecendo' (hasta el punto en que empresas como Kodak, el gigante que durante décadas copó el mercado de la fotografía analógica y que le costó la quiebra y su casi desaparición durante esos malos años) algunas marcas volvían a mostrar interés en fabricar película analógica. Pero hay una excepción que tiene, literalmente, nombre de película: Fujifilm.


Kodak no fue la única que se replanteó lo de dejar la película analógica. Otras empresas más pequeñas también movían ficha para aprovechar este nuevo tirón que rondaba un mercado que parecía nunca iba a resucitar. Ferrania, la empresa que durante el siglo XX fue más conocida por ser la "Kodak italiana" también quería resurgir fabricando nada más y nada menos que película diapositiva, y pedían dinero para ello con una campaña de micromecenazgo. Dicho y hecho. Actualmente la empresa ya ha producido la primera de sus emulsiones en blanco y negro mientras desarrollan la prometida diapositiva -una tarea más compleja de lo que parece-. También ADOX, una empresa europea que sobrevivía fabricando químicos para revelado, anunciaban en esa época que habían adquirido una máquina emulsionadora, y actualmente ya producen película en blanco y negro con buenos resultados.

Es entonces cuando nos surge la gran pregunta: ¿por qué una marca como Fujifilm, el principal competidor de Kodak en su época dorada, no deja de anunciar la descatalogación de emulsiones analógicas? La respuesta es sencilla: Fujifilm sí supo reinventarse.

Cuando empezó la llamada "crisis del film", allá por el 2006, las marcas se dieron cuenta de que, si querían sobrevivir, tenían que buscar alternativas de negocio alejadas de la simple fabricación y venta de carretes analógicos. Fue entonces cuando Fujifilm, sin dejar de lado en ningún momento la película analógica, apostó por la fabricación de cámaras digitales, tanto réflex como compactas, así como otras vías de negocio como el sector de la impresión industrial e incluso de maquinaria sanitaria, llegando a ser un referente en estos sectores. Las ventas de Fujifilm nunca cayeron y nunca hubo altibajos significativos en sus cifras de facturación, al contrario de lo que le sucedió a Kodak.

Kodak no supo reconducir el barco. Pese a que fueron los principales desarrolladores e investigadores de la fotografía digital a finales de siglo XX, no supieron ver que por ese camino encontrarían la solución a sus problemas, y anunciaron que dejarían de fabricar también cámaras digitales en una época en que la venta de estos dispositivos no dejaba de crecer. La empresa sobrevivió como pudo lanzándose sobre todo al desarrollo de dispositivos de digitalización de documentos y su respectivo software y el desarrollo de material industrial de imprenta, como hacía Fujifilm, y mantuvo gran parte de su catálogo de emulsiones analógicas aprovechándose del mercado marginal que seguía demandándolos. Kodachrome y Ektachrome se quedaron por el camino, haciendo que la empresa históricamente pionera en lanzar diapositiva al mundo ya no tuviese ninguna referencia de este tipo a la venta.

Pero ¿cómo se explica que Fujifilm haya mantenido su catálogo de películas analógicas casi intacto durante todos estos años y ahora, en el momento optimista que vivimos, decidan dejar de fabricar? Volvemos a lo mismo: Fujifilm sí supo reinventarse y hoy día, aunque las ventas de productos analógicos sean buenas, no representan más de un 3% de sus ingresos. Fabricar película requiere de una infraestructura y un equipo humano apoteósico que, para las ventas que tiene -aunque insistamos en que ahora son mejores-, no arroja resultados lo suficientemente favorables para mantenerla activa, sabiendo que tienen otras fuentes de ingresos con márgenes de beneficio mucho más amplios y que suponen un porcentaje verdaderamente alto de sus ingresos anuales.

Ese 3% de las ventas de material para fotografía química pueden parecer significantes, pero teniendo en cuenta la facturación total de una empresa como Fujifilm estamos hablando de millones de euros. Millones de euros que, pese a que para Fujifilm son marginales, para Kodak y otras tantas empresas pueden ser su método de sustento y supervivencia.

Ahora viene otra pregunta aún más vital ¿por qué ahora? ¿por qué no dejaron de fabricar película antes, si el negocio ya había sido reconducido exitosamente hacia otro tipo de negocios? ¿por qué justo cuando empieza a resurgir? Es llegados a este punto donde tenemos que hacer caso a las malas lenguas que dicen que esta no es una decisión reciente. Al parecer Fujifilm decidió dejar de fabricar material analógico hace años. Algunos dicen que hace cerca de una década. Lo que dicen ciertas fuentes -algunas bastante fiables- es que el gigante japonés aprovechó los últimos años en que sus fábricas de película estaban en pleno rendimiento para fabricar de forma masiva rollos y rollos industriales de cada tipo de emulsión para que éstas fueran conservadas congeladas durante años y, progresivamente y dependiendo de la demanda, solo tuvieran que preocuparse de ir cortándolas y envasándolas en diferentes formatos. Una forma inteligente de eliminar la parte más engorrosa del proceso -la de emulsionado- mientras se aseguraban poder seguir vendiendo ese tipo de producto durante bastantes años más.

Es entonces cuando vemos que tiene lógica. No es que hayan abandonado el barco ahora, es que es ahora, cuando la demanda es más grande, cuando se han quedado sin reservas rápidamente, y ya no pueden seguir vendiendo un material del que ya no disponen. Las fábricas de emulsionado probablemente lleven años desmanteladas -se rumorea que ya en 2013 Ferrania estuvo en conversaciones con Fuji para adquirir la maquinaria de una de ellas- y esos congeladores donde conservaban lo poco que tenían se vacían a una velocidad acorde a la gran demanda que está recibiendo este tipo de producto.


Fotografías interiores de una fábrica de Fujifilm en Europa, puesta a la venta hace algunos años.

No es que no sea rentable fabricar película. Es un negocio rentable pero no lo suficiente para una empresa que tiene otros frentes aún más rentables. Un engorro que les deja pocas alegrías pero que para otras pequeñas empresas pueden significar poder facturar cifras de seis ceros anualmente, lo que no es moco de pavo.

Es por eso que la noticia de que se deje de fabricar una emulsión no indica que la demanda esté bajando. Al contrario. Indica que la demanda es tan alta que se están agotando esas últimas reservas que quedaban fabricadas.

Esta semana conocíamos la noticia de que AgfaPhoto también dejaría de fabricar la película Vista 200 y 400. No hay motivo para la preocupación, detrás de la fabricación de éstos carretes también se encontraba Fujifilm. Ahora solo queda saber quién cogerá el testigo para suplir la demanda, pero no hay demasiadas dudas de que el viento sopla a favor de Kodak que podría, más pronto que tarde, ganar definitivamente la batalla a Fuji y coronarse, casi un siglo después de que empezasen su pulso, como la empresa que copa casi todo el mercado de película tradicional.


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