Batalla judicial entre Polaroid y Fujifilm por los derechos del mítico borde blanco cuadrado de las fotos

No era casualidad que, pese a Fujifilm creó su gama Instax a finales de los años 90's, no hubiera lanzado hasta ahora un formato cuadrado que recordase a las míticas Polaroid. Hace unos meses finalmente lo hicieron con su nuevo formato Instax Square, y las consecuencias ya han llegado: Polaroid, la marca que tiene actualmente registrado el marco blanco cuadrado de las míticas fotografías instantáneas, ha reclamado a la marca japonesa una cantidad ingente de millones de dólares por usar un formato que, según ellos, les pertenece.

Fue la propia Fujifilm la que puso la demanda el pasado 13 de noviembre para que un juez esclarezca si están infringiendo un delito o no al usar el clásico formato cuadrado con bordes blancos en su nuevo producto analógico.

Al parecer este es el resultado de una serie de conversaciones mantenidas entre Fujifilm y Polaroid durante este año, en el que ambas empresas se intercambiaron varias cartas.

La primera llegó en enero de este mismo año y fue escrita por Polaroid, solicitando a Fujifilm que pagara millones de dólares por los derechos de uso de ese elemento, de forma anual y permanente. Fujifilm, al considerar que no estaba infringiendo ninguna patente, hizo caso omiso de la advertencia y en marzo de ese mismo año volvió a recibir una nueva carta, en la que Polaroid insistía y pedía al gigante japonés que retirara del mercado su producto Instax Square -aunque todavía no había sido ni siquiera lanzado oficialmente-.

Tras ver que ninguna de las partes estaba dispuesta a ceder, se propuso una reunión en persona entre ambas compañías para debatir el asunto, reunión que fue cancelada poco después porque Polaroid no iba a ceder en su empeño, e instaba de nuevo a la compañía a pagar, o a iniciar trámites legales.

Finalmente ha sido Fujifilm quien ha querido acelerar este proceso y ha presentado han presentado ellos mismos la demanda en Nueva York, pidiendo así que se esclarezca de una vez quién tiene la razón en este asunto, y ha declarado en la demanda que sus "fotos cuadradas dentro de un cuadrado" no infringen ninguna licencia patentada por Polaroid. También han solicitado que se cancelen las patentes de Polaroid relacionadas con el asunto, así como las tasas por su utilización.

La fotografía instantánea fue inventada por Polaroid en 1947, aunque no fue hasta unos años después cuando se introdujo el mítico formato cuadrado. En realidad, las fotografías de Polaroid no tienen un marco blanco, como mucha gente piensa. Esos "bordes" son los laterales de una especie de sobre que contiene la emulsión y los químicos reveladores para hacer posible que la fotografía aparezca por una pequeña "ventana" transparente, que es lo que vendría a ser la fotografía una vez que ese pequeño sobre es expulsado de la cámara.

Bien es cierto que Polaroid tiene registrado el formato cuadrado con bordes como símbolo gráfico, pero la reproducción del mismo en papel fotográfico y productos con una forma tan universal y básica como un cuadrado podría estar exenta de esa patente, si así lo dictamina un juez.

Fujifilm hasta ahora solo había fabricado papel instantáneo de formato mini (rectangular, como una tarjeta de crédito) y de formato 'wide' mucho más ancho y rectangular que una Polaroid cuadrada, por lo que había esquivado esta polémica. Con el lanzamiento de un formato cuadrado idéntico en proporción -que no en tamaño, ya que las fotografías de Instax son algo más pequeñas que las Polaroids-, la polémica está servida, y quizá nos encontremos ante un caso similar al litigio que hubo en los años 80 entre Kodak y Polaroid. Ésta última ganó el juicio y Kodak se vio obligada a dejar de fabricar tanto cámaras como película analógica instantánea. No lo ha vuelto a hacer desde entonces.

Cabe destacar que Fujifilm y Polaroid mantenían una cierta relación de complicidad comercial en los últimos años. Incluso Polaroid lanzó una cámara que utilizaba la películade Fujifilm Instax Mini como recambios, saliendo ganando ambas partes. Solo el tiempo -y un tribunal- dirá quién tiene la razón, si es que alguien la tiene.